QUARTASECCIÓ CUARTASECCIÓN (PDF)
...A pesar de todo los presos nos manteníamos firmes. Redoblábamos el interés en la
defensa jurídica de los expedientes y organizamos un plan de educación política e
ideológica bajo la dirección de una comisión formada por Jesús Carreras, Alberto Puentey yo.
Está actividad implicaba muchos riesgos, pero no faltaba coraje.
La vigilancia era enorme porque allí donde veían un grupo los guardianes se echaban
encima e interrogaban. La represión franquista coincidía con el espectacular avance de
los ejércitos soviéticos en el Este. Con ellos crecía la esperanza de los demócratas
españolas y las cárceles se transformaban en focos de libertad que irradiaban luz y vida
por encima de los muros.
En esta situación el palacio de las Salesas donde se celebraban los consejos de guerra,
no era el mejor escenario para continuar los actos criminales sin que tuvieran una gran
repercusión política, en consecuencia el gobierno y la Dirección General de Prisiones
decidieron trasladar los presos políticos posteriores a la prisión de Alcalá de Henares,
población mayoritariamente compuesta por menestrales, clérigos y militares. Esta
decisión se cumplió en el mes de junio de 1944.
La prisión de Alcala de Henares
La Prisión de Alcalá de Henares fue desde entonces la morada de quienes tenían el
honor de ser los continuadores de la heroica lucha del PCE después de la guerra civil,
morada donde se fundía la experiencia de los camaradas encarcelados en las prisiones
de España con la que traían los que regresaban de los frentes de lucha de Francia.
Pero esta situación comenzó a deteriorarse cuando comenzaron los consejos de guerra
y las ejecuciones. Los ordenanzas de celdas nos contaron las escenas desarrolladas en
la primera saca de once camaradas. Fueron llamando de uno a uno. Los gritos de ¡Viva
la Republica! ¡Viva el PCE! se sucedían.
defensa jurídica de los expedientes y organizamos un plan de educación política e
ideológica bajo la dirección de una comisión formada por Jesús Carreras, Alberto Puentey yo.
Está actividad implicaba muchos riesgos, pero no faltaba coraje.
La vigilancia era enorme porque allí donde veían un grupo los guardianes se echaban
encima e interrogaban. La represión franquista coincidía con el espectacular avance de
los ejércitos soviéticos en el Este. Con ellos crecía la esperanza de los demócratas
españolas y las cárceles se transformaban en focos de libertad que irradiaban luz y vida
por encima de los muros.
En esta situación el palacio de las Salesas donde se celebraban los consejos de guerra,
no era el mejor escenario para continuar los actos criminales sin que tuvieran una gran
repercusión política, en consecuencia el gobierno y la Dirección General de Prisiones
decidieron trasladar los presos políticos posteriores a la prisión de Alcalá de Henares,
población mayoritariamente compuesta por menestrales, clérigos y militares. Esta
decisión se cumplió en el mes de junio de 1944.
La prisión de Alcala de Henares
La Prisión de Alcalá de Henares fue desde entonces la morada de quienes tenían el
honor de ser los continuadores de la heroica lucha del PCE después de la guerra civil,
morada donde se fundía la experiencia de los camaradas encarcelados en las prisiones
de España con la que traían los que regresaban de los frentes de lucha de Francia.
Pero esta situación comenzó a deteriorarse cuando comenzaron los consejos de guerra
y las ejecuciones. Los ordenanzas de celdas nos contaron las escenas desarrolladas en
la primera saca de once camaradas. Fueron llamando de uno a uno. Los gritos de ¡Viva
la Republica! ¡Viva el PCE! se sucedían.
Ya en capilla se sucedían las canciones revolucionarias.
Cuando el capellán de la prisión Nicasio Martín (Palo Largo) entro en el
recinto a ofrecer sus servicios, los que estaban a punto de morir, conociendo su negra
historia contra los presos, le contestaron con mucha educación: No necesitamos sus
servicios. Si Vd. quiere hablar con nosotros, como hombre, no tenemos ningún
inconveniente en hacerlo. Aquella madrugada, murieron en el Cementerio de Alcalá de
Henares, Fuentes, Blanco, Criado, Sornis, Maderuelo, Gil Izturiz, Paquillo, Juanjo,
Chercoles y Baldomero.
recinto a ofrecer sus servicios, los que estaban a punto de morir, conociendo su negra
historia contra los presos, le contestaron con mucha educación: No necesitamos sus
servicios. Si Vd. quiere hablar con nosotros, como hombre, no tenemos ningún
inconveniente en hacerlo. Aquella madrugada, murieron en el Cementerio de Alcalá de
Henares, Fuentes, Blanco, Criado, Sornis, Maderuelo, Gil Izturiz, Paquillo, Juanjo,
Chercoles y Baldomero.
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